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4 aspectos del Kanban Maturity Model (KMM) que todo director de transformación Agile tiene que conocer

A finales de 2018, la CIO de una empresa tecnológica grande nos dijo lo siguiente en nuestra primera reunión:

“Hasta este momento hemos hecho varios pilotos con Agile. Algunas prácticas han encajado bien, otras no tanto. Nos interesa que hagáis un diagnóstico de nuestras prácticas actuales de trabajo y que nos aconsejéis qué pasos dar para poder conseguir los objetivos de nuestro plan estratégico de manera más eficiente. Para nosotros es clave que todas las acciones tengan una repercusión positiva tanto en el funcionamiento interno de la organización como en el rendimiento del negocio”.

Cuatro años han pasado desde esa conversación. Curiosamente ahora, cada vez más a menudo me encuentro en conversaciones parecidas con directores ejecutivos, directores de CoE Agile e impulsores de la agilidad organizacional en diferentes empresas.

Muchas empresas se ven estancadas a nivel de equipos y observan que el rendimiento y la mejora continua de un equipo depende completamente de la motivación y el empuje de su responsable o director.

Al mismo tiempo la dirección ejecutiva exige resultados contundentes a nivel de negocio, quieren ver los frutos prometidos hace años:

  • tiempos de entrega más cortos,
  • predictibilidad
  • un mayor cumplimiento de los objetivos estratégicos,
  • mayor eficiencia de los procesos y
  • una mejor coordinación y alineación entre los departamentos en proyectos y servicios transversales

Parece que estamos entrando en la época de la agilidad organizacional dirigida por el propósito del negocio.

Por tanto, creo que tienes que conocer los 4 aspectos del Kanban Maturity Model (KMM) que te ayudarán a definir el enfoque apropiado para tu organización:

  1. El KMM desarrolla a la vez los tres elementos clave de la agilidad organizacional: la cultura, las prácticas de gestión y los resultados de negocio
  2. El modelo aplica el enfoque evolutivo al cambio organizacional
  3. Es descriptivo, no prescriptivo y se adapta a las características de cada organización
  4. Proporciona una hoja de ruta que abarca las necesidades de toda la organización.

Te los explico en más detalles:

 

1. El KMM desarrolla a la vez los tres elementos de la agilidad organizacional: la cultura, las prácticas de gestión y los resultados de negocio

Los tres pilares del Kanban Maturity Model son Cultura, Prácticas y Resultados.

Además, los tres elementos se desarrollan paulatinamente y de manera sintonizada.

Los valores culturales hacen posible la introducción de las prácticas. A su vez las prácticas refuerzan la cultura de la empresa. Juntos, prácticas y cultura, contribuyen a la mejora de la satisfacción de los clientes y los resultados de negocio.

Por ejemplo, una organización que quiere fortalecer la cultura de colaboración y orientación al cliente puede sacar mucho provecho de las prácticas de gestión del trabajo desde la idea hasta la entrega al cliente a través tablero kanban. Esto a su vez, hace posible la entrega en tiempos más cortos y la reacción rápida a imprevistos.

A los beneficios de este desarrollo integral de prácticas, cultura y resultados se refiere Aitor Eguren, Gerente de Somabe, cuando dice:

“Hemos cambiado de “tienes que hacer tal, tienes que hacer cual» a ver qué tenemos que hacer juntos, tomar decisiones juntos y asumir la responsabilidad sobre las acciones.

No sabemos cómo trabajamos antes, pero ahora tenemos todo bien gestionado y bajo control”.

Aitor Eguren, Gerente de Somabe

Puedes ver la entrevista completa a Aitor aquí.

 

2. El KMM aplica el enfoque evolutivo al cambio organizacional

No puedes cambiar lo que ya se hizo, pero sí puedes empezar donde estés y conseguir mejores resultados futuros a través de un cambio evolutivo.

El modelo KMM está basado en los principios del cambio del método Kanban. Más concretamente, empezar donde estés, respetando los cargos, roles y procesos actuales. A partir de ahí concentrar el esfuerzo en diseñar y mejorar continuamente el sistema de tableros kanban, políticas de gestión coherente, bucles de feedback y datos que facilitan la toma de decisiones adecuadas a todos los niveles de la organización.

Hemos diseñado la arquitectura del modelo precisamente para facilitar la mejora continua de las organizaciones, evitando los siguientes dos desafíos principales:

  • Excederse demasiado – plantear objetivos demasiado ambiciosos para la situación actual de la organización. No lograrlos puede desanimar a las personas y llevar a rechazo o cancelación de la iniciativa
  • La meseta falsa – pensar que todo está conseguido ya y no se puede mejorar más

Para abordar estas dificultades principales el modelo define 7 niveles de madurez organizacional (que explicaré más en el punto 4). De esta manera, comprendiendo su estado actual una organización puede plantearse objetivos alcanzables en un tiempo razonable.

Cada nivel de madurez incluye prácticas de transición y de consolidación.

Las prácticas de transición al próximo nivel suelen ser fáciles de aplicar sin generar rechazo. Su intención es de demostrar que la situación actual puede mejorar e indicar las acciones apropiadas para avanzar.

 

3. Es descriptivo, no es prescriptivo, y se adapta a las características de cada organización

El KMM es un modelo descriptivo. Describe patrones de prácticas y hábitos observados en organizaciones que utilizan el método Kanban para mejorar su rendimiento. No exige el establecimiento de unas estructuras organizativas o roles determinados para empezar a usarlo.

El uso correcto del modelo consiste en entender la intención y la aplicación apropiada de las prácticas en combinación con los valores culturales, y definir su adaptación para las características del contexto actual de la organización.

Es importante entender que no se trata de aplicar todas las prácticas, sino de seleccionar las relevantes para responder a las necesidades de la empresa. Para decidir si y cómo ajustar una práctica conviene hacerse las preguntas

  • ¿qué riesgo supone no hacerla?
  • ¿qué necesidad se queda sin abordar sin un ajuste concreto?

Por ejemplo, limitar el WIP es una de las prácticas más cuestionada. Para salir de dudas si la queremos introducir, podemos preguntarnos “cuáles son las consecuencias de no limitar el trabajo en curso”.

Es cuestión de comprender que llevar a cabo trabajo que excede la capacidad disponible de una persona, equipo u organización, sólo genera pérdida de tiempo valioso, retrabajos y por tanto sobrecostes, tensión y desgaste de las personas. Una vez interiorizado este hecho, las conversaciones se focalizan en cuál es la mejor manera de limitar el WIP.

 

4. Proporciona una hoja de ruta que abarca las necesidades de toda la organización

Tal y como comenté en punto 2 el KMM define siete niveles de madurez y guía las organizaciones a través de estas etapas de su crecimiento.

La siguiente imagen lo resume bien:

Una organización de nivel de madurez 0 (NM0), está enfocada en gestionar el trabajo de las personas. En un contexto de cambios frecuentes, esto supone mucho esfuerzo y tiempo de gestión y de realización del trabajo. Aun así, los cambios de prioridades tienen un impacto alto y llevan a resultados impredecibles.

Una organización de NM1 está enfocada en reforzar el trabajo colaborativo en equipo para poder distribuir mejor la carga entre las personas y entregar los resultados a tiempo. Pese a esto, lograr los objetivos a menudo requiere esfuerzos heroicos por parte de las personas y equipos.

El enfoque a NM2 está en la gestión del flujo de trabajo completo, sincronizando todos los equipos desde la idea o la petición hasta la entrega al cliente.

Una organización de NM3 está concentrada en establecer un flujo de trabajo equilibrado, sostenible y predecible a través de toda la empresa. Por tanto, las prácticas y los valores culturales refuerzan el alineamiento y la focalización de todos los departamentos en el propósito común del negocio.

El NM4 la organización está orientada a la mejora de le eficiencia del flujo de trabajo y la gestión de los riesgos de negocio.

El NM5 el foco de la mejora está en el desarrollo del liderazgo de negocio.

Una organización de NM6 ya es capaz de reinventarse y prosperar incluso en situaciones críticas para el negocio.

Afortunadamente, tenemos ejemplos de empresas españolas que utilizan el modelo para mejorar su funcionamiento interno y rendimiento, y comparten su experiencia.

Una de ellas es ULMA Handling Systems. Puedes ver su caso de éxito aquí y la entrevista a su Director de la PMO y un Director de proyecto aquí).

En su caso, la pandemia covid-19 fue un motivo más para construir la red de tableros kanban para la gestión de los proyectos desde el nivel de portfolio hasta el operativo.

“Usamos Kanban para gestionar los proyectos a todos los niveles de la empresa. Nos sirve para ver el progreso y los impedimentos, y tomar decisiones.”

Asier Agirre, Director de proyectos, ULMA Handling Systems

Resumen

Concluyendo, si estáis valorando avanzar en el desarrollo de la cultura y prácticas de gestión que os permitan lograr una mayor agilidad organizacional y mejores resultados de negocio, el Kanban Maturity Model es vuestro aliado.

Proporciona una hoja de ruta que guía a la organización por su camino hacia su propósito.

El objetivo no es de aplicar un método concreto sino de crear organizaciones sostenibles que logran sus objetivos de manera continua superando los imprevistos con los que se encuentran por el camino.

Un buen y exitoso viaje.

 

Teodora Bozheva
Accredited Kanban Trainer & Consultant
Co-autora del Kanban Maturity Model
www.berriprocess.com

 

Artículos relacionados:

Cómo definir las políticas para reforzar la agilidad organizacional

Entendemos como agilidad la capacidad de una organización de moverse y adaptarse rápidamente en un contexto de cambios e incertidumbre, resolviendo los impedimentos que surjan por el camino hacia su propósito.

Las políticas permiten las reacciones adecuadas y rápidas a los cambios en las circunstancias que se producen en los proyectos y los servicios.

A falta de políticas explícitas y consensuadas, las personas toman decisiones también, de hacer algo o no hacer nada. Pero la respuesta no necesariamente es la más apropiada y, por tanto, genera trabajo superfluo, retrabajo y emociones que se pueden ahorrar.

En el artículo anterior explicamos las 4 características de las políticas que posibilitan la agilidad organizacional.

Aquí nos centramos en cómo definir las políticas que facilitan la toma de decisiones en las organizaciones.

3 fuentes clave de información para definir las políticas de una organización

Son los siguientes:

1. La voz del sistema

El sistema es la organización para la cual se definen las políticas. Puede ser un equipo, un departamento que incluye varios equipos, o bien toda la empresa.

Este es el feedback que recibe la organización de su personal. Esta retroalimentación puede estar relacionada con asuntos que causan fricción o insatisfacción con la forma actual de hacer y gestionar el trabajo.

El feedback no necesariamente tiene que ser negativo. Puede estar vinculado a prácticas que han resultado útiles en algunas situaciones y conviene extenderlas.

Las políticas abordan los asuntos identificados en este feedback.

Por ejemplo, el feedback que suelen dar las organizaciones al inicio de su labor de definir sus políticas incluye lo siguiente:

  • No tenemos visibilidad de todo el trabajo que hacemos como equipo
  • Las personas no damos abasto, no podemos con todo, pero no sabemos en qué es importante que nos focalicemos
  • La reunión diaria nos ayuda a sincronizarnos, pero no tenemos temas que tratar todos los días

Está claro que este feedback pide políticas sobre qué visualizar en el tablero del equipo, cómo priorizar las tareas del día y cuál tiene que ser la cadencia de la reunión de sincronización del equipo.

 

2. La voz del contexto del sistema: el cliente, los proveedores, los otros involucrados en los proyectos y servicios por parte de la organización

Este es el feedback que proviene de las otras partes involucradas en el desarrollo de los productos y servicios y su entrega al cliente.

Algunos ejemplos de los asuntos que habitualmente entran en esta categoría son los siguientes:

  • El cliente no tiene información sobre el estado de su petición
  • La información que recibe el proveedor (o bien el otro equipo) está poco clara o incompleta y, por tanto, no le permite hacer su trabajo en el tiempo esperado
  • Los tiempos de entrega varían mucho, son impredecibles

En situaciones como estas, es apropiado establecer algunas políticas para proporcionar información a los clientes sobre el estado de sus solicitudes, así como definir algunos criterios sobre qué información se tiene que enviar al proveedor para que ellos puedan hacer su trabajo sin interrupciones y en plazo.

 

3. Los datos de demanda y capacidad

Estos datos permiten identificar los puntos clave en los procesos que hace falta mejorar con el fin de mejorar la satisfacción de los clientes con los productos y servicios que reciben.

Para descubrirlos, es suficiente contrastar el volumen de demanda de un tipo de trabajo que recibe la organización y su capacidad de responder a ella, así como las expectativas de los clientes y el nivel de su cumplimiento.

A partir de este conocimiento se trata de identificar las causas raíz para los problemas y decidir cuáles de ellas y cómo abordar.

Ejemplos de situaciones típicas que identifican las organizaciones son las siguientes:

  • Recibimos unas 30 incidencias al día, pero tenemos capacidad para resolver sólo unas 20-22. A raíz de esto, algunos clientes están insatisfechos con nuestros tiempos de respuesta
  • Las peticiones de trabajo no planificado, y casi siempre urgente, que recibimos por parte de la Dirección afectan al cumplimiento de los plazos de los proyectos, pero no tenemos un mecanismo para controlar esta situación

En el primer caso habrá que estudiar si todas las incidencias que se reciben requieren ser resueltas por el equipo y en el mismo día y en base a esto establecer criterios y expectativas realistas para los clientes. Si la causa principal es una capacidad insuficiente, entonces las políticas pueden definir cómo usar el tiempo de las personas con el fin de que puedan resolver las incidencias en los plazos establecidos.

En el segundo caso claramente es necesario establecer políticas que faciliten la decisión sobre qué hacer ahora, qué después y qué no hacer.

Las políticas forman parte de la definición de un sistema kanban. Las 3 fuentes de información que hemos comentado corresponden a los pasos 2-4 de STATIK.

Definir políticas racionales es fundamental para el funcionamiento ágil de una organización. No obstante, para su aceptación y aplicación coherente por parte de todas las personas en la empresa, es importante:

  • Involucrar a las personas que van a usar las políticas en su definición
  • Definir las políticas iniciales en base a las observaciones y el estudio de las situaciones reales que se producen en los proyectos y servicios de la organización
  • Revisar las políticas regularmente para asegurarnos que son apropiadas y posibilitan la actuación rápida y adecuada de la organización en situaciones de cambios e incertidumbre

 

Teodora Bozheva
Accredited Kanban Trainer & Consultant
Co-autora del Kanban Maturity Model
www.berriprocess.com

 

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4 características de las políticas que posibilitan la agilidad organizacional

Hoy en día muchas empresas ya están inmersas en iniciativas agile desde hace varios años o como mínimo han conocido e intentando aplicar algunas prácticas Agile.

Hemos preguntado a varias personas qué imagen generan en su mente las palabras “Agile”, “Iniciativa de aumentar la agilidad organizacional”, “Transformación Agile“, y “Gestión ágil”.

Nos han respondido que al escucharlas suelen pensar en tableros visuales, reuniones y trabajo en equipo, a veces con el cliente y el product owner. Asocian estos conceptos también con post-its, ceremonias y algunas gráficas. A veces piensan en rapidez y adaptabilidad.

Curiosamente, cuando hacemos preguntas como éstas:

“¿Cómo tomáis las decisiones en la empresa?”

“¿Qué criterios usáis para priorizar los trabajos y descartar lo que no os corresponde?”

“¿Tenéis escritas y al día las políticas de vuestra organización?”,

 

las respuestas que recibimos más frecuentemente suelen ser las siguientes:

“No tenemos políticas comunes y escritas. Cada departamento hace lo que decide su             director.”

“Tomamos sólo decisiones técnicas. Las demás las escalamos”

“Todo se tiene que hacer. Lo hacemos según el nivel del peticionario. Cuanto más alto es su cargo, más prioridad damos a las tareas”

 

Es decir, la agilidad organizacional se asocia a tableros, reuniones y “hay que hacer todo rápido”, pero no tanto a pautas y criterios comunes de toma de decisiones.

¿Se puede conseguir agilidad organizacional sin políticas comunes y explícitas? ¿Cuáles son las consecuencias de tener departamentos actuando según sus prioridades, pero no necesariamente con un propósito común?

La falta de políticas comunes que focalizan la atención y el esfuerzo de todos los departamentos de una organización en el mismo objetivo lleva a retrasos, retrabajos, tensión y clientes insatisfechos.

Este es el motivo principal por el que decimos que un grupo de equipos Agile no hace una organización ágil.

Por tanto, definir las políticas es imprescindible para las empresas que quieren mejorar su adaptabilidad a los imprevistos.

Parece una tarea trivial, pero las personas que han participado en la definición de algunas políticas te dirían que es igual de difícil como establecer límites de trabajo en curso 😊

Por esta razón, es fundamental comprender las cuatro características de las políticas que facilitan la agilidad organizacional:

 

1. Las políticas no son los procesos; son necesarias para el funcionamiento ininterrumpido de los procesos

Los procesos describen cómo realizar un trabajo. Las políticas guían las decisiones en situaciones en las que el flujo de trabajo está afectado por unas circunstancias concretas.

Por ejemplo, las políticas regularían cómo debería de actuar un persona o equipo en situaciones como estas:

  • una incidencia resulta más grave de lo que parecía y no se puede resolver en el tiempo esperado
  • un trabajo está bloqueado y no está claro qué se tiene que hacer para resolver el bloqueo
  • entran solicitudes de trabajo no relacionadas con los proyectos o servicios a los que se dedica el equipo y por tanto impiden o ponen en riesgo el cumplimiento de sus objetivos
  • varios trabajos tienen el mismo nivel de prioridad; la capacidad disponible del equipo es limitada y no permite hacerlos todos, pero no está claro en qué orden realizarlos

 

2. Las políticas tienen que estar consensuadas y definidas explícitamente

¿Tu cómo decides qué hacer cuando tienes unas cuantas tareas para el día y probablemente no te dará tiempo a hacer todas?

Yo primero me concentro en las relacionadas con los servicios para nuestros clientes que no se pueden posponer. Después, van las vinculadas a nuestros objetivos estratégicos.

Sin embargo, hay personas que empiezan por las más pequeñas porque así consiguen terminar más líneas de su lista To Do. Otras personas, empezarían por las más fáciles de hacer o bien, por las más interesantes profesionalmente. Y otras, empezarían por las tareas que hayan entrado últimas o las que vienen del director de nivel más alto.

Así, al final del día o la semana, se llega al desacuerdo entre los resultados esperados y los realmente desarrollados. Cada uno ha actuado correctamente según su entendimiento de la situación, pero no se han logrado los resultados deseados. En consecuencia, aumenta la tensión y, a veces, la necesidad de esfuerzos adicionales para arreglar lo ocurrido.

Para evitar malentendidos y ajetreos las políticas tienen que ser consensuadas, definidas explícitamente y fáciles de consultar.

Por esto, conviene tenerlas pegadas al lado del tablero físico o bien en los propios tableros digitales, como en Businessmap.

 

 

3. Las políticas tienen que estar apoyadas firmemente por la Dirección

A nivel de equipo es habitual ver que las personas están predispuestas a ayudarse y colaborar en los trabajos que hacen. Esto naturalmente lleva a establecer algunos acuerdos de cómo manejar algunas situaciones que dependen principalmente de ellos mismos.

No obstante, cuando se trata de coordinar el trabajo de varios equipos o departamentos, es necesario acordar y definir políticas que faciliten la toma de decisiones sobre los proyectos o servicios transversales completos. Esto requiere la implicación y el apoyo de la Dirección de departamentos para acordar y aplicar estas políticas de manera congruente.

Otro punto en el que es imprescindible la participación de la Dirección es la definición de las prioridades de los proyectos, así como de las clases de servicio.

Los niveles de prioridad de los proyectos y servicios típicamente están vinculados con los objetivos estratégicos de la organización. Por tanto, es necesario que trasciendan hasta los niveles operativos.

 

4. Las políticas evolucionan con el nivel de madurez de una organización y determinan su agilidad

Organizaciones enfocadas en introducir y reforzar el trabajo en equipo, lógicamente, dedican atención y esfuerzo a identificar y definir los acuerdos iniciales que permiten a los integrantes de un equipo trabajar de manera sincronizada y homogénea. De esta manera, además, refuerzan el espíritu de equipo y el hábito de revisar el estado del trabajo y tomar decisiones juntos.

En el próximo nivel, las organizaciones abordan la gestión del flujo de trabajo de principio a fin, involucrando a varios equipos que colaboran para entregar los productos y servicios a los clientes. Por tanto, el foco de atención se mueve al acuerdo de políticas que facilitan la ejecución ininterrumpida del proceso completo. Las políticas que cobran importancia a este nivel de madurez son las que establecen los criterios de trabajo terminado, asó como los de listo para empezar.

Lo que gana la organización es una mayor rapidez en la toma de decisiones que implican a dos o más equipos/ departamentos, dando importancia a la creación de flujo de valor para el cliente.

Una organización ágil, es capaz de reaccionar y resolver rápidamente los imprevistos que surjan en cualquier parte de la empresa evitando desequilibrios graves en el flujo de trabajo e incumplimiento de los requisitos de los clientes. Es una organización elástica por dentro.

Las políticas imprescindibles para lograr este nivel de agilidad son las de triaje, las clases de servicio y el uso de datos para la gestión de los flujos de trabajo en la empresa, así como los compromisos con los clientes externos e internos.

A partir de ahí las políticas que añaden las organizaciones facilitan sobre todo las decisiones que abordan riesgos para el negocio, la mejora de la eficiencia de los procesos y la comprensión más profunda de las expectativas de los clientes.

En situaciones críticas la empresa es capaz y tiene los medios suficientes para continuar y sostener la ejecución de los proyectos y servicios clave para el negocio. Esta resiliencia protege el negocio de potenciales impactos graves o extinción en circunstancias excepcionales.

 

Resumiendo, la capacidad de una organización de moverse rápido hacia su propósito, superando los obstáculos y los imprevistos por el camino depende del uso de políticas consensuadas y explícitas que facilitan la toma de decisiones rápidas y apropiadas.

Sin estas políticas, pese a que los equipos son Agile, la organización sigue experimentando dificultades para entregar sus productos y servicios a tiempo, cumpliendo las necesidades de los clientes.

Las cuatro características de las políticas son las siguientes:

  1. Las políticas no son los procesos; son necesarias para el funcionamiento ininterrumpido de los procesos
  2. Las políticas tienen que estar consensuadas y definidas explícitamente
  3. Las políticas tienen que estar apoyadas firmemente por la Dirección
  4. Las políticas evolucionan con el nivel de madurez de una organización y determinan su agilidad.

¿Cómo se caracterizan las políticas que usáis en tu organización?

 

Teodora Bozheva
Head of Professional Services
Author of the «Kanban Project, Program and Portfolio Management» model & co-author of the KMM.

 

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